sábado, 2 de diciembre de 2017

Heródoto y sus Historias.



La verdad que cuando se comienza en algo nuevo trato de saber algunos detalles, preguntarme y responderme a medida de mis inquietudes.

Preguntarme el motivo de atracción de este mundillo solo me llevo a la real y certera conclusión de ser un caliente empedernido, es cierto, a veces es necesario tener tu propio espacio y asumir tu calentura. Este espacio es para esto, este espacio es el lado más caliente que llevo en algún lugar recóndito de mí, me gusta el detalle femenino, sus curvas, sus gestos, sus miradas, sus imperfecciones perfectas. ¿Habrá algo más sensual que una mujer inteligente y caliente?.

Una noche descubrí, asumiendo y recibiendo conceptos nuevos para mí, tales como cuckold, cornudo, Hotwife y swinger que (como leí por ahí) padezco de una especie llamada mujerolatria; me gustan todas las mujeres, todas tienen su sensualidad, a tal punto que mirar una mujer en la calle bien vestida, bien pintada y sensual me hace el día más feliz, camino con más energía. Así que decidí averiguar qué tan normal es, y la verdad es que al parecer lo es, lo que de cierta manera me deja un poco más tranquilo con mi calentura.

Esa noche me encontré con un personaje de nombre Giges, hasta antes de esa noche su nombre no me sonaba a nada. Leyendo un texto de Heródoto descubrí y sentí una similitud con aquel personaje. El breve texto me condujo a una personificación ficticia, y caramba que me sentí identificado.
Aquellos conceptos de búsqueda me llevaron a un breve texto de Heródoto, lo dejo en este espacio, mi espacio y mi lado más caliente, después de todo algo de cultura hace bien, sobre todo si viene mezclado con algo de calentura.

El nombre proviene de un relato, extraído de las Historias de Heródoto, acerca de Candaules (del cual proviene el término «candaulismo»), rey de Lidia del siglo VIII a.C. que mostró en secreto a su mujer desnuda a su guardaespaldas, Giges. 

Candaules, también conocido como Mirsilo, fue el vigesimoquinto rey de Lidia y el vigesimosegundo y último rey de la dinastía de los Heráclidas. Sucesor de Mirso, reinó entre el 733 y el 716 a.C.
Según las Historias de Heródoto, Candaules se jactó de la increíble belleza de su mujer ante Giges, su guardaespaldas predilecto. 

Candaules le dijo: «Giges, me parece que no me crees cuando te hablo de la belleza de mi mujer: y es que, para los hombres, los oídos son más traicioneros que los ojos, así que tienes que verla desnuda».

Giges se negó, al no querer deshonrar a la reina viéndola desnuda; pero también temía lo que el rey pudiera hacerle si no aceptaba. Dado que Candaules insistía, Giges no tuvo más remedio que obedecer; Candaules ideó un plan detallado según el cual Giges tendría que esconderse detrás de una puerta del dormitorio real para ver cómo la reina se desnudaba antes de irse a dormir. Después, Giges se retiraría de la habitación en cuanto la reina le diese la espalda. Esa noche, se puso en práctica el plan.





Giges fue el comienzo, el comienzo de una atracción hacia toda mujer. Después de esto, Giges toma sentido y pretendo en su memoria, hacer de esta historia una historia actual.